Círculos Resturativos
Las prácticas restaurativas permiten prevenir detectar, gestionar y resolver las situaciones de conflicto en diferentes ámbitos (familiar, educativo, social, laboral, judicial, penitencial,) reforzando los vínculos afectivos entre las personas afectadas. Se pueden aplicar a cualquier grupo de personas que quieran mejorar sus relaciones interpersonales, gestionar sus conflictos de forma comprensiva y dialogada, crear un clima favorable para la convivencia, así como reforzar una seria de valores prosociales.

Sus aportaciones más importantes:
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Facilitan la restauración de relaciones entre las personas implicadas en un conflicto.
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Ayudan a crear un sentimiento de pertenencia a la comunidad.
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Favorecen la reparación de los daños causadas a la víctima.
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Aumentan la implicación personal y el grado de satisfacción general de los afectados por el conflicto.
¿Cómo podemos implementar los círculos restaurativos en nuestra escuela?
El “tiempo de círculo” es más efectivo cuando está enmarcado dentro de una concepción sistémica de escuela en base a la cual ésta se convierte en una administración de tipo democrática y práctica, que aborda asuntos sociales, emocionales y de comportamiento a través de este enfoque sistémico. Sólo de esta forma podemos generar el clima escolar en el que esas habilidades sociales, emocionales y de comportamiento pueden ser desarrolladas y permitan la construcción de un sentido de comunidad.
Cada curso se reúne con su profesor jefe, al medio día, de lunes a jueves, pasado el mediodía, es una Pausa de vida, todos en un Círculo (horizontalidad) como comunidad y se dialoga en función de lo que van viviendo los estudiantes en sus procesos escolares.
